“Para que una mujer indígena logre su independencia económica no basta con darle un crédito, sino que a eso hay que sumarle ‘una asistencia para ella, sus colaboradoras y su familia’, dijo hoy Dalí Ángel, coordinadora del Programa Juventud Indígena y de ODS del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), durante su participación en el panel “Situación de las mujeres indígenas”, realizado en el marco del Webinar: Autonomía económica de las Mujeres Indígenas en el Abya Yala.
“La autonomía económica de las mujeres indígenas se debe comprender como un proceso holístico que implica reflexión y análisis por parte de las propias mujeres indígenas para que identifiquen sus necesidades, prioridades e intereses. Y no solo estamos hablando del acceso a recursos, sino también, poder tomar decisiones en un área, o incrementar sus capacidades individuales”, dijo.
Ángel dio a conocer que el FILAC creó el fondo concursable “Tejiendo Redes”, con el propósito de inyectar recursos a proyectos de mujeres indígenas, con miras a la reactivación económica post COVID-19 y que actualmente este organismo internacional financia proyectos de jóvenes indígenas.
En su exposición, Ángel hizo referencia a la tendencia de caracterizar a las mujeres indígenas y en general a los pueblos indígenas por sus carencias y vulnerabilidades. “Esta perspectiva se condice con iniciativas de apoyo que lejos de promover la autonomía económica y empoderamiento, conciben a las mujeres indígenas como víctimas permanentes y no alcanzan resultados a largo plazo”, dijo.
Además, la indígena zapoteca explicó que la autonomía económica debe ser un proceso que además de individual, debe vincularse con lo colectivo, y que se deben considerar los conocimientos tradicionales de las mujeres indígenas como fuente de poder; y sobre todo la importancia de la relación con la tierra, el territorio y los bienes naturales.
“Generalmente a las mujeres indígenas no se les reconoce el derecho sobre el acceso a las tierras, lo que facilita la explotación sin el consentimiento libre, previo e informado por parte de las industrias extractivas muchas veces avaladas por los gobiernos”, agregó.
Concluyó su intervención dando a conocer que como parte del proceso de fomentar la autonomía económica de las mujeres indígenas, es fundamental partir del reconocimiento del poder que las mujeres indígenas ya poseen; de igual manera, pidió a los gobiernos de la región reconocer que el respeto por los conocimientos, las culturas y las prácticas tradicionales de los pueblos indígenas contribuye al desarrollo sostenible y equitativo y al manejo adecuado del medio ambiente, por lo que deben apoyar las actividades económicas de las mujeres indígenas.