Han pasado 18 meses de pandemia, 6 desde el inicio de la vacunación en la región y los datos muestran que a nivel global casi 160 millones de personas se han contagiado con el virus SARS-CoV-2 y se ha superado largamente los tres millones de fallecidos. Esto podría ser equivalente a la suma de la población de 11 países del Caribe o todo el Uruguay, lo que demuestra la magnitud de la letalidad del virus.
A mayo de 2021, apenas el 8,34% de la población mundial ha sido vacunada al menos con una dosis. Se mantiene una notable desigualdad, entre los diversos países, para el acceso a la vacunación contra la COVID-19. Mientras Estados Unidos y Chile están bordeando el 50% de vacunación, en el otro extremo se encuentra Paraguay con un 2,9% o Ecuador con un 5,72%. El porcentaje de población indígena varía notablemente en estos países, sin embargo, el dato común para casi todos es la inexistencia de cifras desagregadas sobre cuántas personas y pueblos indígenas han sido inmunizadas. Es muy poca la información sobre los procesos de vacunación en idiomas indígenas y se hace más evidente la urgente necesidad de contar con campañas de vacunación con pertinencia cultural.
El IV Informe “Pueblos Indígenas y Vacunación contra la COVID-19” elaborado en el marco del trabajo de la Plataforma Indígena Regional Frente a la COVID-19 “Por la Vida y los Pueblos”, es una iniciativa del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe y el Foro Indígena del Abya Yala, informe que será presentado en rueda de prensa el próximo jueves 10 de junio a las 12:00, hora de Bolivia.
El informe, actualiza los datos ya presentados por el FILAC durante la gestión 2020 y -para pesar de los Pueblos Indígenas- develando las profundas disparidades y asimetrías existentes, que además son exacerbadas por la presencia de la COVID-19, en el día a día de los Pueblos Indígenas: marginación económica, falta de acceso a servicios de salud, de educación y servicios sociales, alta carga de pobreza, desempleo, desnutrición y prevalencia de enfermedades transmisibles y no transmisibles. Latinoamérica destaca por ser la región donde más se incrementó la inseguridad alimentaria severa por el impacto de COVID-19. Esta realidad pone en riesgo, no solo la salud y la vida de las personas, sino la pervivencia de pueblos y comunidades indígenas.
Asimismo, da a conocer el planteamiento de las organizaciones indígenas que expresan múltiples dificultades en este proceso de vacunación contra la COVID-19, entre ellas la falta de participación o al menos de coordinación entre autoridades estatales y los Pueblos Indígenas, ausencia de estrategias y campañas masivas e interculturales que permitan a las comunidades indígenas contar con adecuada información sobre los diversos aspectos relacionados con las vacunas.
Frente a ese sombrío escenario, concebir la vacuna como un bien público global no solo de un imperativo ético, sino que es una necesidad sociosanitaria.
Por esto, es imprescindible garantizar los derechos colectivos de los Pueblos Indígenas a la salud, donde los Estados, junto con los Pueblos Indígenas, construyan un sistema de inmunización intercultural, propuesta que presenta el FILAC a partir de la información obtenida para el Informe en cuestión, que permita recoger las buenas experiencias ya detectadas y realizar todos los cambios requeridos para su efectiva instalación.
Para profundizar este tema se realizará un FORO de presentación del Informe y la propuesta, este jueves 10 de junio a hrs. 13:00 hora de Bolivia, que será transmitido por la cuenta oficial de Facebook del FILAC: @fondo.indigena