COLOMBIA, Oct 04 (FILAC) – El sonido de la guitarra, el güiro, el timbal y los cantos de niñas, niños y jóvenes del Pueblo Indígena Awá han comenzado a inundar la quietud de su resguardo en Nariño, Colombia. Conocidos también como la “gente de la montaña” o la “gente de la selva”, utilizan la música tradicional para revitalizar la lengua Awapít.
La música ha sido utilizada por el pueblo Awá para soportar los embates del conflicto armado y la violencia social. Sin embargo, en este momento la utilizan para fortalecer la identidad e incentivar en la niñez y juventud el aprendizaje de su lengua materna.
Los resguardos Awá de Tortugaña, Telembí, Punde, Pitadero, Bravo, Tronqueria y Zabaleta son alimentados por los ríos que bordean sus territorios. Estadísticas oficiales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), se estima que en el año 2005 unas 25.813 personas integraban el pueblo, de estos unos 8,500 son hablantes de la lengua Awapít.
De acuerdo a la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), la lengua Awapít pertenece a la familia lingüística Chibcha. Forma parte del dialecto Malla de los Sindaguas; emparentada con el Chá palaa (idioma de la Nacionalidad Chachi) y con el Tsa’fíqui (idioma de la Nacionalidad Tsa’chila).
La iniciativa Juventudes indígenas están liderando un proyecto para la revitalización del idioma Awapít y el fortalecimiento de la cultura del pueblo Awá, a través de la composición y producción de la música original en colaboración con niños, adolescentes y jóvenes.
La escuela de arte y cultura Awá Francelin impulsora de la iniciativa de revitalización, se conformó por mujeres y los jóvenes del resguardo Tortugaña Telembí. La iniciativa surgió por la preocupación de la perdida de las prácticas culturales en los resguardos.
Además de revitalizar las prácticas culturales y la identidad del pueblo Awá, la escuela se plantea como una vía para enraizar el sentido de pertenencia y valor del idioma propio a través de los encuentros intergeneracionales, estimulando el interés de los jóvenes, así como promoviendo la formulación de estrategias de liderazgo juvenil y de las mujeres Awá.
La iniciativa es apoyada por el Fondo Concursable Fondo Concursable Qhapaq Ñan impulsado por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), junto a la Red de Jóvenes Indígenas y el Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas (IIALI), es financiado por las Fundaciones Pawanka y Ford.
Es la primera experiencia de la escuela de arte gestionando fondos para el bien común del resguardo.
Grabar piezas musicales desde los resguardos
La joven Leidi Rosario Pai Nastacuas, responsable técnica de la iniciativa destacó que la iniciativa ha fortalecido las iniciativas ya en marcha, con la ayuda de un profesor de música que ha colaborado en la creación de cuatro piezas musicales. Tres de ellas están en español y Awapít, mientras que la cuarta es una pieza de música tradicional de marimba. El objetivo es producir cuatro piezas musicales en ambos idiomas.
“Iniciamos los trabajos fortaleciendo la música tradicional de la Marimba, pero ahora estamos explorando la música con una variedad de instrumentos adicionales, como el piano y la guitarra. Antes, solamente tocábamos la marimba, el tambor y la sonaja, pero hoy estamos componiendo y cantando nuestras propias canciones, desde las vivencias que tenemos en nuestros territorios”, explicó Pai.
Además, la iniciativa está cerca de completar su propio estudio de grabación, con el objetivo de que los jóvenes se empoderen y puedan generar ingresos sostenibles. “Para esto, aún necesitamos formación en tecnología. Ya tenemos algunas cosas para la dotación parcial del estudio, como computadora, micrófonos, y hemos hecho algunas adecuaciones para que el sitito pueda estar más seguro donde vamos a hacer las prácticas”, menciono.
Las canciones ya están grabadas y se están realizando los arreglos finales. Además, se está trabajando en la creación de videoclips para mostrar las actividades culturales en el territorio. La iniciativa incluyó la presentación de una muestra cultural en territorio, que tuvo lugar el 12 de agosto y contó con la participación de niños y jóvenes.
Canciones para la paz
Las letras de las canciones abordan temas de paz y no violencia, reflejando el contexto de violencia en Colombia y el territorio Awá. La música se convierte así en una herramienta para llamar a la paz y la unidad, transmitiendo las experiencias y deseos del pueblo Awá.
“Las letras son compuestas por los niños y jóvenes que participan del proyecto. Sin embargo, también hemos tenido la oportunidad de socializar y selección otras canciones que ya estaban escritas, en el marco de la Escuela de Arte y Cultura Awá Francelina, que viene trabajando dese el 2017, desde donde existe la agrupación Awá Telembí”, aseveró.
Actualmente, están en proceso de trabajar videos, y no solo contar con audios. “Aquí estamos en ese proceso de hacer videos de las cuatro canciones y posteriormente haremos la difusión a través de las redes sociales”, aseveró la joven.
En cuanto al aprendizaje del idioma Awapít, se han realizado encuentros intergeneracionales con la participación de hablantes y sabios/as del lugar. Esto ha permitido la pronunciación, traducción y el canto en Awapít, fortaleciendo la identidad cultural de los niños y jóvenes.
Aunque existe educación bilingüe en la comunidad y se han desarrollado diccionarios Awá, el acceso a tecnología y recursos educativos es limitado debido a la dispersión geográfica y la falta de infraestructura en el territorio. La mayoría de los jóvenes no tienen acceso a estas herramientas.
“Nosotros vivimos dispersos, toca caminar dos horas, tres horas, de una comunidad a otra comunidad, hay comunidades donde están asentados, población concentrada y en esa situación si se pudiera aplicar Escuelas de Recuperación del Idioma, desde edad muy temprana en niños y niñas, en otros resguardos en pueblo Awá “.
Discriminación y la recuperación de la lengua
Según Pai, la discriminación que enfrentamos se remonta a 100 años atrás, cuando los antepasados, al interactuar con culturas ajenas a la nuestra, se vieron incapaces de comunicarse debido a barreras idiomáticas. Esto llevó a que generaciones posteriores decidieran no transmitir el idioma a sus hijos en un intento de protegerlos de los prejuicios y dificultades.
“Durante esa época, mis padres me contaban que solo se comunicaban en Awá cuando los niños se encontraban dormidos. Esta práctica resultó en la pérdida progresiva de nuestro idioma y, desde entonces, ha sido un desafío recuperarlo”, dijo.
Además, la violencia y el conflicto armado que azotan a Colombia han afectado significativamente nuestra capacidad para hablar el idioma. En algunas zonas, hablar Awapít se ha vuelto peligroso, ya que las comunidades indígenas a menudo son víctimas de actos violentos por parte de los conflictos armados.
“A pesar de estos obstáculos, mi deseo es que podamos recuperar nuestro idioma, pues considero que es fundamental para nuestra identidad. Nosotros, como Awá, nos consideramos como gente de la selva, pertenecientes a la naturaleza de un territorio vasto y exuberante. La naturaleza misma nos inspira a hablar nuestro propio idioma. Aunque actualmente me resulta más sencillo cantar y escribir en Awá que hablarlo con fluidez, estoy comprometida a encontrar estrategias y pedagogías propias para lograrlo”.
“La única manera que puede ser posible de recuperar el idioma es una atención permanente a la niñez, que es desde la edad 0 hasta los 5 años, una escuela para recuperar el idioma donde todos los que están en ella sean hablantes de Awapít y ellos terminaron hablando el español y Awapít con los adultos”, dijo.
Durante el proyecto, vimos que los niños inicialmente tenían dificultades para pronunciar correctamente palabras en su idioma, como “Ungal” que significa “selva”. Sin embargo, a medida que avanzaba el trabajo, comenzaron a mejorar su pronunciación y a cantar en el idioma Awá. Esta experiencia ayudó a superar su temor a hablarlo y fortaleció su conexión con su lengua materna. Se observó un aprendizaje significativo tanto en los niños como en los jóvenes.
La joven indígena destaca que instituciones como el FILAC puedan apoyar iniciativas culturales en territorios donde no hay apoyo suficiente. Se sugiere una mayor inversión en proyectos que promuevan la cultura y el idioma, ya que estos aspectos son fundamentales para la paz en la región.