BOLIVIA, Sep 05 (FILAC) – En la vasta región de la Amazonía boliviana, donde los ríos serpentean entre las comunidades indígenas, se está gestando una amenaza silenciosa. Los habitantes de Rurrenabaque y San Buenaventura, comunidades profundamente conectadas con su entorno natural, se enfrentan a un grave problema de salud: la exposición e intoxicación por mercurio y otros metales pesados.
La explotación irresponsable y escasa regulación de la minería en la cuenca del Madre de Dios, el río Beni y sus afluentes, ha provocado una importante contaminación por metales pesados, especialmente por el mercurio, que se vierten en estos cursos de agua. Esto no solo contamina el medio ambiente, sino que también afecta la salud de la población de las comunidades cercanas.
Ante esta situación, el Ministerio de Salud y Deportes del Estado Plurinacional de Bolivia, con el apoyo del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), está implementando un plan integral de intervención en la Amazonía.
Este trabajo es llevado a cabo en el contexto del proyecto Justicia Ambiental y Pueblos Indígenas en la Amazonia, el cual cuenta con financiamiento de la Fundación Henry Luce y se realiza gracias al convenio interinstitucional de cooperación técnica establecido con el Ministerio de Salud y Deportes.
El objetivo es reducir la intoxicación por mercurio y otros metales pesados en las poblaciones de Rurrenabaque y San Buenaventura. Se toman medidas urgentes para proteger la salud de estas comunidades y preservar el entorno natural que es fundamental para su subsistencia.
Este plan tiene como objetivo principal el adiestramiento del personal de salud en la identificación y tratamiento de intoxicaciones causadas por mercurio. Adicionalmente, se llevará a cabo una investigación exhaustiva para evaluar la calidad de vida de los habitantes de las comunidades y determinar la presencia de casos de intoxicación por mercurio.
El Dr. Marcelo Franck Lino, perteneciente a la unidad de vigilancia epidemiológica y ambiental del Ministerio de Salud, enfatizó que, en el año 2022, un estudio realizado por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) demostró que un porcentaje de pacientes presentaba niveles de mercurio por encima de lo considerado normal.
“Como ministerio, estamos preocupados y queremos realizar este estudio junto con un instituto reconocido a nivel nacional, como es el Instituto Nacional de Seguridad Ocupacional (INSO), que nos va a dar datos fidedignos de la cantidad de mercurio que puedan tener nuestros pobladores en esta zona”, afirmó el Dr. Frank.
Añadió que actualmente se está trabajando en los municipios de Rurrenabaque y San Buenaventura, donde se ha decidido comenzar de manera piloto en conjunto con la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP) y con el apoyo de FILAC, institución que está financiando estas investigaciones.
Por su parte, el Dr. Marco Antonio Lozano Michel, director municipal de salud de Rurrenabaque, afirmó que actualmente no se tienen enfermedades específicas atribuidas a esta causa. Sin embargo, mencionó que en el municipio existen problemas de salud prioritarios, como la parálisis cerebral infantil, convulsiones y otras afecciones que se están manifestando en la población.
“Nos gustaría que el estudio determine si la acumulación de metales pesados en el organismo podría estar relacionada con estas condiciones o si se deben a otras causas”, señaló el Dr. Lozano.
Estudios revelan contaminación por mercurio
El informe con el título “Impacto de la minería aurífera en comunidades indígenas” ha revelado una alarmante situación: el 75% de las personas en 36 comunidades de seis territorios indígenas en la cuenca del río Beni y sus afluentes tienen niveles de mercurio por encima de lo permitido. Estos hallazgos, basados en el análisis de cabello de 302 individuos, señalan que el resto de la población también está expuesta continuamente a este metal tóxico.
El estudio, llevado a cabo entre 2022 y 2023 por la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP), abordó comunidades ribereñas en territorios como Tacana I y II, Lecos de Larecaja, Tsimane-Mosetene de Pilón Lajas, Lecos de Apolo y San José de Uchupiamonas. Además, el laboratorio de calidad ambiental de la UMSA utilizó el método de Fluorescencia Atómica EPA 245.2 para analizar las muestras, confirmando la grave exposición al mercurio en estas poblaciones, especialmente en una región afectada por la creciente actividad minera.
Entre los datos obtenidos, es preocupante que el 75% (226,5) de las 302 personas tengan niveles de mercurio que superan el límite permitido de 1,0 ppm en el cabello. En promedio, la concentración de mercurio en el cabello de todas las personas evaluadas en el estudio es de 3,93 ppm, lo cual excede el límite permitido. Además, de las 36 comunidades indígenas evaluadas, 18 tienen una tasa del 100% de personas con niveles de mercurio por encima del límite permitido de 1,0 ppm.
De acuerdo con los resultados del estudio, los mayores impactos de la contaminación por mercurio se registran en la parte baja de la cuenca del río Beni, donde habitan los Pueblos Indígenas Ese Ejjas, Tsimane, Tacana y Mosetenes. Es importante señalar que estas comunidades no tienen ningún tipo de relación con la actividad minera de oro.
Socialización y capacitación
En el marco del plan desarrollado entre el 19 al 22 de agosto se llevaron a cabo capacitaciones dirigidas a las autoridades municipales, personal de salud, médicos tradicionales, personal del Servicio Departamental de Salud de Beni, líderes indígenas y representantes de la sociedad civil de los municipios de Rurrenabaque y San Buenaventura.
El plan de intervención continuó con sesiones educativas en el Parque Nacional Madidi, dirigidas al personal de salud y a las comunidades indígenas de la región. Dichas capacitaciones abarcaron temas vitales como la identificación de síntomas de intoxicación por mercurio, la importancia de una dieta segura y la prevención de la exposición a metales pesados.
“Nuestra presencia en la región es de suma importancia, ya que a lo largo de una semana proporcionamos capacitación al personal de salud y realizamos intervenciones en dos comunidades: San Buenaventura y una comunidad en Rurrenabaque. Esto nos permitirá evaluar la calidad de vida de las personas que viven en estas comunidades y están expuestas a la intoxicación por mercurio”, explicó el Dr. Franck.
También señaló que estas comunidades dependen en gran medida de la comida proveniente del río Beni y sus afluentes, los cuales podrían estar contaminados con mercurio debido a la actividad minera descontrolada en la zona.
“El mercurio se acumula en las algas y los peces pequeños, que a su vez son consumidos por peces más grandes, aumentando así las concentraciones de este metal. Cuando las personas consumen estos peces, también están ingiriendo mercurio”, detalló el Dr. Franck.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el contenido de metilmercurio en peces destinados para consumo humano no debe ser superior a 0,5 partes por millón (ppm). En humanos, el nivel de mercurio en el cuerpo no debe exceder una ppm (medido en cabello). Cantidad mayores pueden causar daños neurológicos y, en casos extremos, insuficiencia renal e incluso la muerte.
El objetivo principal de esta intervención es prevenir la intoxicación por mercurio y, en caso de sospecha, aplicar un tratamiento quelante natural basado en la alimentación, el cual utiliza plantas reconocidas por su capacidad de reducir los niveles de mercurio en el cuerpo de manera gradual.
En cuanto a la situación epidemiológica, el Dr. Franck aclaró: “Actualmente no contamos con datos oficiales de casos de intoxicación y no podemos proporcionar cifras no verificadas. Hemos identificado sospechas de posibles casos, pero no han sido evaluados adecuadamente. Según un estudio realizado por la UMSA en el 2022, el 5% de los pacientes analizados presentaron intoxicación por mercurio, sin embargo, no se han tomado medidas preventivas”.
Debido a la gravedad de la situación, el Ministerio de Salud ha desplegado un equipo multidisciplinario en estas comunidades para abordar el problema. Este equipo incluye personal médico y profesional de la Dirección General de Epidemiología, la Dirección General de Medicina Tradicional, la Unidad de Nutrición y Alimentación, la Unidad de Discapacidad, así como médicos del Servicio de Acción Integral para la Salud (SAFCI). Estos profesionales proporcionaron atención médica, completaron fichas epidemiológicas y tomaron muestras de pacientes sospechosos de intoxicación por metales pesados.
Toma de muestras a pacientes sospechosos de intoxicación
El equipo de salud realizó la recolección de 122 muestras de cabello en las comunidades indígenas de Tacana Carmen Florida y Ese ‘Ejja de Eyiyoquibo, con el significado de “alma de nosotros mismos”. Estas muestras se obtuvieron de hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas, cortando un mechón de cabello en la raíz de la nuca, garantizando la veracidad de los resultados.
Cada muestra fue cuidadosamente conservada, etiquetada con la raíz del cabello en una cinta adhesiva y el resto del mechón dejado libre. Posteriormente, se almacenaron de manera segura en bolsas individualizadas con cierre hermético y debidamente rotuladas para su posterior traslado al INSO en la ciudad de La Paz, donde fueron analizadas rigurosamente.
Asimismo, se realizó un examen exhaustivo a aquellos que presentaban síntomas de enfermedad y se les proporcionaron los medicamentos necesarios. Además, se llevó a cabo una investigación para identificar posibles casos de intoxicación y evaluar potenciales discapacidades, en aras de proteger la salud de la comunidad.
Voces de las comunidades
La contaminación por mercurio y otros metales pesados es una gran preocupación en las comunidades indígenas de la Amazonía boliviana. Esta situación requiere una atención inmediata por parte de los líderes y miembros de dichas comunidades, quienes deben levantar su voz para alertar sobre los devastadores efectos en su salud y estilo de vida tradicional, íntimamente conectado con la naturaleza y los ríos.
Vicente Canal es el líder de la comunidad indígena Tacana Carmen Florida y además el secretario de Fortalecimiento Orgánico de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CEPILAP). Con gran preocupación, expresó la falta de atención médica en su comunidad debido a la contaminación por mercurio presente en los ríos. Canal señaló que la exposición a sustancias químicas, como plaguicidas y metales pesados, está causando graves daños a las comunidades que habitan cerca de los ríos, especialmente aquellas que no tienen acceso a agua potable. También enfatizó la importancia de tomar medidas para detener la contaminación minera y promover el uso de la medicina tradicional, ya que muchas comunidades no tienen acceso a centros de salud y han perdido sus plantas medicinales por incendios.
Por su parte, Clever Clemente Caimán, miembro de la comunidad tacana y trabajador del Consejo Regional Chimán Mosetén (CRTM), describió la precaria situación de salud en su comunidad, donde no hay médicos ni infraestructuras sanitarias adecuadas. “Ante la falta de atención médica, las comunidades indígenas, incluyendo moseteños, chimanes y tacanas, han recurrido a la medicina tradicional del bosque para tratar enfermedades, lo que nos ayudó durante la pandemia de Covid-19”, afirmó.
Caimán también explicó que la contaminación proviene de grandes empresas auríferas que operan en los ríos, utilizando mercurio. “Si estas empresas no estuvieran trabajando cerca del río, no estaríamos contaminados. Nuestros ancestros vivían consumiendo pescado del río sin problemas, sin enfermarse, pero ahora incluso los niños tienen altos niveles de mercurio en sus cuerpos”, declaró con preocupación.
De manera similar, Sandra Vaca, de la comunidad Carmen Florida y dedicada a la crianza de animales, explicó que, aunque acuden al hospital de Rurrenabaque para casos graves, muchas enfermedades menores son tratadas localmente con plantas medicinales. Sin embargo, expresó su preocupación por los efectos del mercurio en la salud, mencionando que en los últimos 10 años se ha notado un aumento en la contaminación del río por este metal.
“Está afectando a muchas personas que están perdiendo la vista, el movimiento de las extremidades, y se puede ver a lo largo del río que hay niños que nacen con problemas cerebrales. Por lo tanto, ya estamos experimentando las consecuencias que nos deja el mercurio”, advirtió.
Oscar Lurisi, capitán grande del pueblo Ese ‘Ejja, comentó: “Como indígenas, desconocíamos los síntomas de estas enfermedades causadas por la contaminación por mercurio, pero sabemos que estamos contaminados. Somos indígenas originarios y nuestra actividad y alimentación se basan en la pesca. Consumimos principalmente sábalos, pacúes, pirañas y otros peces pequeños que forman parte de nuestra cultura”.
Desafortunadamente, Lurisi agregó que no solo su pueblo Ese ‘Ejja está afectado por la contaminación, sino que también lo están muchas comunidades vecinas, tanto río arriba como río abajo.
Marco Zea, corregidor de la comunidad, afirmó: “Cuando nos enfermamos, nos curamos con plantas medicinales, pero luego debemos acudir a Rurrenabaque, y ahí es donde entra el factor económico, ya que no tenemos a nadie que nos ayude”.
Mayra Mali Callau, de la comunidad de Eyiyoquibo y dedicada a la producción de artesanías, afirmó que las enfermedades más comunes en su comunidad son la gripe, tos, fiebre, dolores de cabeza y diarrea, y que para su atención deben trasladarse al hospital o recurrir a médicos tradicionales. Sin embargo, desconoce la existencia de enfermedades relacionadas con el consumo de pescado, a pesar de que en su comunidad este es uno de los principales alimentos.
Alberto Torrez, originario de Eyiyoquibo, mencionó que en su comunidad viven alrededor de 280 personas, y que su principal actividad es la pesca y el trabajo en el chaco. “Siempre hemos consumido pescado, pero ahora que está contaminado nos enferma, aunque muchos en la comunidad no lo entendemos y continuamos consumiéndolo”, expresó.
En medio de esta problemática por la contaminación por mercurio que afecta a las comunidades indígenas de la Amazonía boliviana, la medicina tradicional se ha vuelto una herramienta vital para atender la salud de la población.
Gualberto Lipa, miembro de la Asociación de Medicina Tradicional de Rurrenabaque, explicó que durante más de 14 años han ejercido esta labor y han sido testigos de la crítica situación en el área protegida, donde prevalece la contaminación. “Las personas que viven en esta zona, que consumen agua y pescado contaminados, están en grave riesgo. Aproximadamente el 60% de la población de la zona consume pescado posiblemente contaminado con mercurio, lo que provoca síntomas preocupantes relacionados con este metal pesado”, alertó Lipa.
En este contexto, mencionó que el Ministerio de Salud está adoptando una nueva perspectiva para abordar este problema, promoviendo la colaboración entre la medicina tradicional y los centros de salud. “En estos talleres estamos viendo que es posible salvar vidas trabajando de manera coordinada. Una de las formas de mejorar la situación es a través de la nutrición, utilizando quelantes naturales como la cúrcuma, el jengibre, el perejil, el cilantro y otros alimentos que ayudan a expulsar los metales pesados”, destacó.
Lipa también mencionó que existen plantas y remedios tradicionales para prevenir enfermedades relacionadas con la contaminación por mercurio. “Recomendamos infusiones de hierbas, jarabes de cúrcuma combinados con jengibre y el consumo de guayaba, que son productos típicos de la región. Estos remedios pueden ayudar a aliviar los síntomas y a expulsar el mercurio del cuerpo, que generalmente se acumula en la sangre y puede causar problemas como hipertensión, colesterol, mareos y temblores. A menudo, los síntomas aparecen de manera esporádica, lo que dificulta su detección temprana”, explicó.
Por su parte, Oscar Camacho, de la Dirección de Medicina Tradicional, señaló que la intervención que se está llevando a cabo en estos municipios tiene como objetivo reducir la intoxicación por mercurio mediante el uso de productos naturales y alimentos quelantes. “Esto ayudará a mitigar y reducir la intoxicación por mercurio en las personas identificadas después de un proceso de evaluación conjunto entre médicos tradicionales y médicos académicos”, indicó.
Camacho también mencionó que, en colaboración con FILAC y el Ministerio de Salud, se ha desarrollado un rotafolio informativo que incluye estas plantas y alimentos quelantes, los cuales ayudarán a reducir los niveles de intoxicación por mercurio. “Estamos trabajando en la articulación entre médicos tradicionales y médicos académicos para que puedan trabajar de manera conjunta y referir posibles casos de intoxicación por mercurio a los centros de salud, donde se realizarán las pruebas de laboratorio necesarias”, concluyó.
Enfrentando la contaminación y el cambio climático
La minería no es la única amenaza que enfrentan estas comunidades, pues el cambio climático ha generado efectos evidentes en la región. Incendios forestales han devastado plantas medicinales cruciales para la medicina tradicional.
“Además de la contaminación por mercurio, el incendio del año pasado quemó la mayoría de nuestras plantaciones en el bosque”, afirmó Vicente Canal, líder de la comunidad indígena.
Esto ha sido uno de los principales problemas que hemos enfrentado. En la actualidad, muchas comunidades carecen de las plantas medicinales necesarias, lo que dificulta su curación debido a la contaminación. Esta combinación de factores ha dejado a las comunidades en una situación de extrema vulnerabilidad, dependiendo cada vez más de un entorno hostil para su subsistencia y salud.
El camino hacia adelante
A medida que el plan avanza, una de las mayores prioridades es la recolección de datos precisos sobre estado de la situación Actual sobre Intoxicación por mercurio y otros Metales Pesados en las comunidades de los municipios de Rurrenabaque y San Buenaventura. Sin esta información crucial, es difícil diseñar políticas públicas eficaces que puedan mitigar el impacto de la contaminación.
Este plan, no solo busca combatir los efectos de la contaminación, sino también fortalecer la resiliencia de estas comunidades indígenas frente a futuras amenazas.
Es un paso hacia un futuro en el que la salud de la Amazonía y de sus habitantes sea protegida y valorada, donde el conocimiento ancestral y la medicina académica puedan unirse para garantizar un entorno más seguro y saludable para las comunidades indígenas y para todos y todas.