BOLIVIA, Dic 16 (FILAC) – El pasado miércoles 11 de diciembre, se llevó a cabo el intercambio de experiencias del Fondo Kolom No’ooj, un evento cargado de inspiración, compromiso y fuerza colectiva. Este Fondo, cuyo nombre en lengua Maya Poqom significa “Recuperando Conocimientos”, fue el escenario donde las Juventudes Indígenas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Perú y Venezuela presentaron 11 iniciativas innovadoras, que fusionan el legado ancestral con nuevas oportunidades para el desarrollo sostenible e identidad.
Dali Ángel, Coordinadora del Programa de Juventudes Indígenas del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), destacó que el Fondo Kolom No’ooj tiene como misión fortalecer la autonomía económica y revitalizar los saberes ancestrales, a través de iniciativas diseñadas y ejecutadas directamente por las juventudes indígenas, sin intermediarios.
“El conocimiento de las nuevas generaciones debe estar profundamente conectado con el aprendizaje de los saberes y conocimientos de las abuelas, abuelos, mayoras y mayores”, afirmó, subrayando uno de los pilares fundamentales de este Fondo: el diálogo intergeneracional.
Durante seis meses, las juventudes indígenas que participaron en el Fondo Kolom No’ooj trabajaron con dedicación en 11 iniciativas transformadoras. Entre ellas, se encuentran la revitalización de tradiciones alfareras, el rescate de la gastronomía ancestral, el impulso de alimentos nativos para combatir la anemia, la minga y el trueque, la bisutería tradicional, el fortalecimiento de la medicina ancestral maya y el fomento del turismo comunitario. Cada una de estas propuestas no solo recupera el patrimonio cultural, sino que también lo proyecta hacia un futuro próspero, autosustentable y lleno de esperanza.
En el encuentro, las juventudes indígenas compartieron sus aprendizajes, desafíos y los frutos de su esfuerzo. Resaltaron el impacto positivo de las iniciativas, que no solo han fortalecido sus comunidades, sino que también han reforzado su identidad y capacidad de autogestión. Gabriel Cuatin, miembro de la Red de Jóvenes Indígenas de América Latina, destacó la importancia de estos proyectos, señalando su impacto tanto a nivel individual como colectivo, y resaltó cómo fomentan el diálogo intergeneracional entre las juventudes y los mayores.
Carmiña Alberto, representante del Banco Mundial, expresó su admiración por la relevancia cultural de los proyectos y abordó los desafíos a futuro, como el acceso a crédito y la necesidad de formación en gestión empresarial.
“El gran desafío es diseñar mecanismos financieros que aseguren la sostenibilidad de estos esfuerzos”, dijo, alentando a las juventudes indígenas a influir en las políticas y climas de negocios de sus países.
Rubén Tituaña, oficial de programas del Fondo Pawanka, también felicitó las iniciativas implementadas, reconociendo ejemplos clave como el empoderamiento económico en Guatemala y las artesanías en Colombia, y destacó la importancia de la transmisión intergeneracional entre los sabios y los jóvenes.
“Me enorgullece que jóvenes estén liderando estas iniciativas para enfrentar los desafíos de sus territorios”, concluyó, reafirmando el compromiso del Fondo Pawanka de apoyar cualquier iniciativa proveniente de cada territorio, organización, ya sea de mujeres o jóvenes.
Kantuta Conde, integrante de la Red de Jóvenes Indígenas, subrayó que este evento representa solo el comienzo de un largo camino. Reconoció los desafíos que aún persisten en la implementación de estos fondos, especialmente en lo relacionado con la autonomía económica de los pueblos y juventudes indígenas.
“Este es uno de los primeros pasos. Debemos seguir luchando y apoyando las iniciativas innovadoras basadas en los conocimientos tradicionales”, afirmó con determinación.
El Fondo Kolom No’ooj, impulsado por FILAC en el marco del Programa de Juventudes Indígenas, y apoyado por la Red de Jóvenes Indígenas de América Latina y el Caribe, el Fondo Pawanka y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se ha consolidado como un espacio transformador para las juventudes indígenas. Este evento marca el inicio de un movimiento que fusiona tradición y modernidad, con la mirada puesta en un futuro lleno de oportunidades y respeto por los saberes ancestrales.