CARTAGENA, 27 de agosto – El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC) y ONU mujeres desarrollan el 28 de agosto la IV Reunión Iberoamericana de Organizaciones de Mujeres, Feministas e Indígenas de América Latina y el Caribe de cara a la 16ª Reunión de la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
El objetivo de esta reunión es profundizar y alinear en la defensa de la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres indígenas en la aplicación del Marco Mundial de la Diversidad Biológica, y el objetivo cuatro del Plan de Acción de Iberoamérica sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, incluida la igualdad de oportunidades, prevención de las violencias, participación y liderazgo en todos los niveles de acción e Igualdad de derechos y acceso a la tierra y a los recursos naturales.
Asimismo, buscan identificar los enfoques para impulsar el avance de la igualdad de género e interseccionalidades con el establecimiento de objetivos regionales para la implementación del MMB-KM.
“Necesitamos exigir a los países que se cumplan la meta 22 y la meta 23 que trata sobre la participación de los Pueblos Indígenas y mujeres y un espacio como este de conversación, de dialogo es también una forma de preparar a las mujeres para que puedan llegar con el empoderamiento de los temas centrales”, señaló Sônia Guajajara, presidenta del consejo directivo de FILAC.
Finalmente, se propondrá fortalecer los procesos organizativos de las mujeres indígenas que trabajan en la prevención de las violencias, protección de la biodiversidad, cambio climático y protección del medio ambiente en la región de América Latina y el Caribe.
Es vital reconocer y valorar de manera efectiva el papel de las mujeres indígenas y defensoras en la protección de la biodiversidad en sus tierras, bosques y aguas en armonía con la naturaleza. No hacerlo es un obstáculo clave en la búsqueda de la igualdad de género e interseccionalidad en la implementación de los marcos legales y estándares de biodiversidad en la región.
De acuerdo con el informe “Mujeres Indígenas: Nuevas Protagonistas para Nuevas Políticas” de CEPAL, uno de los problemas que enfrentan los Estados y la sociedad para luchar contra las desigualdades étnicas y de género es el vacío en la disponibilidad de datos sobre las condiciones de vida de las mujeres indígenas.
El documento añade que “la información es una herramienta fundamental para el diseño y el seguimiento de políticas de igualdad y para la promoción de los derechos humanos, de allí que la demanda por visibilizar a las mujeres y los pueblos indígenas sea un reclamo recurrente en la región, tanto de parte de los Estados como de las propias organizaciones de mujeres indígenas”.
En América Latina y el Caribe, se estima que hay alrededor de 58,2 millones de personas indígenas, ocupando el 20% de las tierras mejor conservadas. Esta región cuenta con una riqueza inmensurable en biodiversidad, bosques y fuentes de agua, gracias a las prácticas, conocimientos y saberes tradicionales de estas comunidades que les permiten ser altamente resilientes frente a crisis alimentarias, económicas e incluso sanitarias. Sin embargo, la actual crisis global, que afecta en múltiples aspectos al planeta, pone en grave riesgo a miles de pueblos indígenas en todo el mundo.
Ante esta realidad es vital reconocer la importancia de los conocimientos de las mujeres indígenas en el cuidado de los ecosistemas. Ellas, a través de sus saberes ancestrales, juegan un papel fundamental en la implementación de iniciativas de conservación que integran los valores culturales y los sistemas de gobernanza tradicionales.
Para María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, “Desafíos estructurales han socavado durante generaciones a las mujeres indígenas, atentando contra su agencia y su capacidad para gestionar libremente las tierras, bosques, territorios y aguas. Necesitamos su liderazgo para impulsar el cambio vital para todo el planeta. ONU Mujeres defiende el valor de las prácticas ancestrales de preservación de la biodiversidad de las mujeres y niñas indígenas, la cosmovisión, y facilita la diseminación de las prácticas de biodiversidad diferenciadas por género, la adquisición de conocimientos y su uso por parte de las mujeres indígenas, así como la igualdad de género e interseccionalidades en el manejo de los recursos.”
Sus conocimientos sobre el uso sostenible de los recursos, mediante técnicas de gestión, caza, pesca y recolección selectiva, han sido transmitidas de generación en generación. Estos conocimientos deben ser reconocidos y valorados en la toma de decisiones para lograr una conservación efectiva de la biodiversidad.
Las mujeres indígenas piden que el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica, las tome en cuenta para garantizar la preservación y el uso sostenible de la diversidad biológica, reconociendo, apoyando y valorando sus acciones colectivas y respetando sus territorios indígenas, y sus esfuerzos tendientes a aplicar, preservar y mantener sus conocimientos tradicionales, innovaciones y prácticas en relación con la promoción de la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica.