Las mujeres indígenas, depositarias de los conocimientos ancestrales, desempeñan en todo el mundo un papel esencial en la conservación y la gestión de los recursos hídricos; por ello es importante que sus voces y propuestas de un derecho humano fundamental como es el agua, sean un elemento central en las deliberaciones de la Conferencia Mundial del Agua, a realizarse en marzo en Nueva York.
Esta fue una de las conclusiones a las que llegaron más de un centenar de participantes y expertas durante el Diálogo en línea: Las Mujeres Indígenas del Abya Yala protectoras y defensoras del agua: “El agua desde la cosmovisión indígena”, organizado por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC), el pasado 17 de febrero.
La actividad fue inaugurada por el presidente del FILAC, Freddy Mamani, quien a tiempo de señalar que el agua debe tratarse como un bien social y cultural, y no como un bien económico-mercantil, destacó el rol que cumplen las mujeres en abastecimiento, gestión y conservación del agua en la región; en este sentido señaló que las mujeres indígenas de la región deben ser consideradas para la planificación de políticas públicas específicas por parte de los Estados y con pleno respeto de sus derechos individuales y colectivos.
Asimismo, Mamani hizo referencia al informe del Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo Agudo, presentado en este diálogo, el cual pone en evidencia la situación que están atravesando los Pueblos Indígenas, en especial las mujeres indígenas y genera una serie de recomendaciones para los Estados instándolos a tomar medidas urgentes”.
Mujeres indígenas cuidan el agua
“Las mujeres indígenas, en su papel de dadoras de vida, tienen la sagrada misión de cuidar el agua para las generaciones futuras, así como las tradiciones culturales, las prácticas espirituales, los conocimientos y saberes y el bienestar vinculado al uso virtuoso del agua”, dijo el Relator Especial.
También expresó que los gobiernos y los propios Pueblos Indígenas tienen la obligación de promover la participación igualitaria de las mujeres en los proyectos y decisiones relativos al agua y saneamiento, incluyendo la higiene, en particular la higiene menstrual.
El informe fue comentado por Alejandra Pero, Programa Mundial de Alimentos; María Fernanda Espinoza, Embajadora de Buena Voluntad del FILAC; Noheli Pocaterra, dirigente indígena Wayuu de Venezuela; Fanny Kuiru lideresa indígena del pueblo Uitoto de la amazonia colombiana y Carolina Sánchez García, Universidad Nacional Autónoma de México.
Principales conclusiones
Las Mujeres Indígenas participantes de este diálogo concluyeron que las mujeres son dadoras de vida y cuidadoras del agua; que no hay futuro sin agua y sin mujeres indígenas, y que el agua es algo sagrado, es un reencuentro con el bien vivir, y que su manejo y conservación ha sido transmitida de generación en generación.
Asimismo, plantearon la participación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas en particular la participación igualitaria de las mujeres en decisiones sobre la gestión del agua, considerando los saberes ancestrales, impulsando el diálogo intercultural con respeto a las cosmovisiones indígenas.
En el tema de consultas, se planteó que éstas no deben ser procesos apresurados; deben ser espacio de diálogo y reflexión, para que los Pueblos Indígenas tomen decisiones de manera consciente frente a los grandes proyectos que se pretenda implantar en sus territorios.
Otro tema importante fue el de los derechos, donde se resaltó la necesidad del reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indígenas, el derecho a controlar sus ecosistemas acuáticos y su derecho al Consentimiento Libre Previo e Informado y en particular el derecho de las mujeres indígenas a sus territorios y a sus sistemas acuáticos.
También concluyeron que los gobiernos y el mundo deben entender que el agua es un derecho natural, ahora reconocido en el derecho positivo como un derecho humano.
Igualmente, manifestaron su preocupación por el impacto de los megaproyectos, químicos, descargas de petróleo, mercurio, etc, que están contaminando las aguas en los territorios de los Pueblos Indígenas, afectando principalmente en la salud de las personas, así como en las plantas y animales, se afecta la seguridad alimentaria por la contaminación de los acuíferos; hay menor acceso al agua de los productores de alimentos de los Pueblos Indígenas, que resulta también en pérdidas económicas para las mujeres indígenas. Además de la falta de investigaciones sobre los impactos de la contaminación de las aguas, entre otros temas.
Finalmente recomendaron, entre otras propuestas, la creación de una Convención o un Pacto Mundial sobre el agua; recuperar y recopilar las técnicas ancestrales de los Pueblos Indígenas y compartirlas a las nuevas generaciones; proteger la Cuenca Amazónica que alberga el 20% del agua dulce del planeta respetando los derechos de los Pueblos Indígenas; desaprender la visión del agua como una mercancía.