Ginebra, Suiza, (COICA) 24 de marzo de 2022.- Líderes de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) hicieron un llamado urgente a los delegados de los países que participan en las reuniones preparatorias la Convención de Diversidad Biológica (CDB) rumbo a la COP 15, para que acuerden una meta que permita el reconocimiento explícito de los territorios indígenas para fortalecer el texto del Marco de Diversidad de Biológica Posterior al 2020.
La evidencia es clara: los pueblos indígenas son los actores más efectivos para frenar la deforestación y proteger la diversidad biológica, son los guardianes de la biodiversidad y de los sistemas culturales que han permitido el equilibrio de la naturaleza.
Harold Rincón, coordinador de cambio climático y biodiversidad de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), explicó tres temas profundamente importantes que alimentan la participación de COICA en las reuniones preparatorias de Ginebra rumbo a la COP15:
“1.- Como nuestros líderes indígenas han señalado hace muchos años, ahora la ciencia occidental reconoce que somos los indígenas quienes históricamente nos hemos encargado de contener los motores de deforestación y la pérdida de biodiversidad en nuestros territorios. Para continuar con esta labor, y para actuar decisivamente contra la pérdida de la biodiversidad, desde COICA consideramos muy importante que el Marco Mundial de Biodiversidad posterior al 2020 de la Convención de Diversidad Biológica, al igual que sus mecanismos de implementación y monitoreo, proporcionen el apoyo político y financiero necesario para garantizar la propuesta de ampliación y formalización de territorios indígenas en una cantidad de 100 millones de hectáreas en la cuenca amazónica, de los 203 millones de hectáreas de bosques primarios que aún no han sido designados”.
“En segundo lugar, consideramos que los objetivos y metas que se proponen, solo pueden ser alcanzadas si se cuenta y se reconoce la acción de los Pueblos indígenas y la contribución que hacemos desde nuestros territorios, a partir de nuestros sistemas de conocimientos indígenas, para lo cual es determinante que se amplíen las garantías y derechos de nuestros sistemas de gobierno propio, el manejo de nuestros territorios y la participación en la toma de decisiones, la implementación y el monitoreo del Marco”.
“En tercer lugar, y no menos importante, desde COICA consideramos que este Marco debe actuar decisivamente para que la movilización de flujos financieros, se amplíe y llegue directamente a los territorios y comunidades indígenas que vienen preservando la biodiversidad. Es imprescindible que exista la suficiente flexibilidad y haya garantías para el acceso a los recursos de manera directa por parte de los pueblos indígenas y que se priorice, por parte de los gobiernos, la ampliación y formalización de territorios indígenas y el fortalecimiento a la gobernanza.”
Además, queremos destacar que cuando resaltamos e invocamos el fortalecimiento de los derechos y oportunidades para los pueblos indígenas, no vamos en detrimento de los derechos de ningún sector vinculado en al Marco, justamente es lo contrario, al garantizar la pervivencia de los pueblos indígenas, garantizamos la pervivencia de toda la humanidad, tal como lo decimos en COICA “Amazonía viva, humanidad segura”.
Por su parte, Gregorio Díaz Mirabal, Coordinador General de la COICA explicó el objetivo sobre el que ha trabajado COICA durante su participación en las conversaciones de Ginebra: “estamos aquí luchando para que sean incorporados nuestros conocimientos indígenas, para que sean respetadas las propuestas sobre la titulación de nuestros territorios, y la importancia del territorio indígena para la conservación y defensa de nuestra biodiversidad, y de la biodiversidad mundial”.
Mirabal agregó que es importante que en las metas del Marco se incluya el derecho al consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas en cualquier decisión que tenga relación con el manejo de la biodiversidad en sus territorios, así como el respeto a las mujeres indígenas, a los jóvenes y los niños.
CONTEXTO PARA ENTENDER LA URGENCIA DE PROTEGER LA AMAZONÍA
- Amazonía: concepto más integral que incluye todos los ecosistemas que forman parte de este mega-sistema (bioma y cuencas de drenaje asociadas, cabeceras, ecosistemas amazónicos y regiones administrativas) presentes en 9 países sudamericanos (Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Guyana, Surinam y Guyana Francesa) corresponde a 847 millones de hectáreas (8.470.209 km2) de las cuales las áreas protegidas (AP) y los territorios indígenas (TI) cubren cerca del 50 por ciento.
- La ciencia establece que el punto de no retorno en la Amazonía, se produce una vez que la deforestación y la degradación combinadas cruzan el umbral del 20-25 por ciento. Los científicos advierten que el sistema alcanzará un punto de inflexión irreversible que puede resultar en la muerte regresiva de todo el ecosistema. Dada la amplitud de la superficie que estudiamos, el punto de no retorno no es un escenario futuro, sino una situación actual. La degradación y deforestación combinadas suman ya 22%.
- Como resultado de diferentes impulsores (carreteras, petróleo, minería, agricultura, centrales hidroeléctricas, entre otros), la deforestación y la degradación combinadas, tienen como resultado que el 22% de la Amazonía se encuentra bajo un estado de perturbación avanzada.
La secuela es que en vastas áreas ya se ha producido una transformación completa y ya se están produciendo otros síntomas de desintegración, como la alteración del clima, incendios y sequías, entre otros.
La mayor parte de la deforestación (87,5%) tuvo lugar fuera de las Áreas Protegidas (AP) y los Territorios Indígenas (TI).
- Independientemente de las tasas de degradación y deforestación existentes, la mayor parte de la Amazonía aún contiene sitios con una funcionalidad y representatividad ecológica muy alta o Áreas de Prioridad Clave (APC) que alcanzan el 72% de la región. Este porcentaje está compuesto por el 31% de áreas no perturbadas y el 41% de áreas con baja perturbación. Se necesita protección inmediata para preservar estas APCs en pie.
- El 31% de las áreas no perturbadas de las Áreas de Prioridad Clave equivalen a 273 millones de hectáreas. De estos, el 75% o 203 millones de hectáreas son bosques primarios y bosques con baja perturbación. Actualmente, estos bosques no tienen ningún nivel de protección y deberían ser prioridades inmediatas para territorios indígenas reconocidos, nuevas áreas protegidas y reservas cogestionadas.
- Para alcanzar el 80% de protección, es necesario restaurar el 16% de la Amazonía debido a su alto valor ecológico y ambiental para crear conectividad entre las áreas prioritarias clave que ocupan el 72%.
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