El curandero José Campos se pone los lentes, acomoda la cámara que permite verle en pantalla desde Pucallpa, Perú, y antes de decir palabra levanta en brazos a un niño pequeño, a quien señala con una enorme sonrisa. Es el menor de sus tres hijos. Campos lo dejó de ver cuando era un bebé de cuatro meses y se ha reencontrado con él hace unos días, tras pasar poco más de un año encarcelado en el Reclusorio Norte de Ciudad de México.
Fuente/ElPais/MásInformacionaqui