El largometraje Liliana Sayuri Matsuyama Hoyos nos hace preguntarnos si salvaje, en su peor sentido, es la indiferencia de los colombianos ante la situación de pobreza, exclusión y precariedad en la que viven sus pueblos indígenas.
Las revelaciones recientes sobre la realidad de pesadilla que viven las niñas indígenas en este país, en el que parecen ser sistemáticamente abusadas y usadas como mercancía, solo hace de este documental uno más necesario. La indiferencia ya no alcanza, porque la indignación no es nueva y esta situación tampoco.
Fuente/Semana/MásInformacionaqui